Dichos escritos reflejan el estado de alma o la espiritualidad que la hora presente requiere.
Agradezco mucho estas colaboraciones y las iré publicando para que sirvan de estímulo a todos los que las lean, pues reflejan bien el Programa para combatir en la cada día más inhóspita y más desierta trinchera.
AL ALMA
Sola ante Dios te encuentras, alma mía,
Viviendo este tiempo de tinieblas,
Que decretó la Augusta Providencia,
Para otorgarnos el triunfo de la Iglesia.
Adversidad, abandono, incomprensión,
Por mantener la Fe que se disgrega,
Son señales de que aún no has claudicado,
Y que ocupas un lugar en la Trinchera.
Amarás con dolor, hasta el martirio,
Te purificarás con entrega y heroísmo,
Siguiendo a Cristo Rey, tu Redentor
Con renuncia y abandono de ti mismo.
Por el camino estrecho de la Cruz,
Haz de unirte a su obra redentora,
Confiando recibir la fortaleza,
Para no desfallecer en esta hora.
Ni el dolor ni el sufrimiento te acobarden,
Ni la angustia ni el temor te debiliten,
Que la Pasión del Señor te fortalezca,
Porque en su muerte triunfó por redimirte.
Y en constante oración y penitencia,
Suplicando la Divina intervención,
Conserva con valor la Tradición,
Aguardando su próxima venida.
Sola ante Dios te encuentras, alma mía,
Viviendo este tiempo de tinieblas,
Que decretó la Augusta Providencia,
Para otorgarnos el triunfo de la Iglesia.
Adversidad, abandono, incomprensión,
Por mantener la Fe que se disgrega,
Son señales de que aún no has claudicado,
Y que ocupas un lugar en la Trinchera.
Amarás con dolor, hasta el martirio,
Te purificarás con entrega y heroísmo,
Siguiendo a Cristo Rey, tu Redentor
Con renuncia y abandono de ti mismo.
Por el camino estrecho de la Cruz,
Haz de unirte a su obra redentora,
Confiando recibir la fortaleza,
Para no desfallecer en esta hora.
Ni el dolor ni el sufrimiento te acobarden,
Ni la angustia ni el temor te debiliten,
Que la Pasión del Señor te fortalezca,
Porque en su muerte triunfó por redimirte.
Y en constante oración y penitencia,
Suplicando la Divina intervención,
Conserva con valor la Tradición,
Aguardando su próxima venida.
HEROICA FORTALEZA MILITANTE
Unidos al Cuerpo Místico de Cristo,
En esta noche oscura de la historia,
Donde la luz de Dios no brilla, por las sombras
De las tinieblas en hordas desatadas.
Unidos por la Gracia de la Fe,
Sol que alumbra a las almas desterradas,
Fe que mantendremos íntegra y total,
Igual que nos ha sido revelada.
Unidos en la soledad de la Verdad,
Porque sus fieles están en retirada,
Como si fuera el tiempo de Pasión,
Porque es la Iglesia que está ahora condenada.
Protegidos por la Madre Virginal,
Van los hijos que escuchan su llamada,
Al combate viril, sólo por Dios,
En la batalla final ya desatada.
Para que el Reino de Dios llegue a nosotros,
A las Familias y a las Patrias laicizadas,
Abrazando la Cruz y el sacrificio,
Sólo así serán ellas restauradas.
Porque es lucha contra el mundo y contra sí,
Contra el enemigo infernal que desafía.
Porque es lucha interior y solitaria,
La que tiene que afrontarse cada día.
Es combate en la trinchera de la Fe,
Heroica fortaleza militante,
No ceder, no abandonarla es su estandarte,
Que significa un morir en cada instante.
Alcanzar y mantener la posición,
En esta gesta que tenemos asumida,
No depende del humano proceder,
Será por virtudes celestiales recibidas.
La defensa de la Iglesia, la dura resistencia,
La continua defección y decadencia,
El retiro de Dios y de su Gracia,
Es necesario preguntar, ¿a qué nos lleva?
¿A una rendición fatal y perentoria?
¿A un éxito buscado sin medida?
Incomprensible camino de esta vida,
Por donde Dios nos conduce a la Victoria.
Que no será como yo quiero. ¡No!
Será Pasión que del Calvario brota,
Es que al Triunfo Final que se avecina,
La debilidad lo tiene por derrota.
La Victoria que se alcanza por la Cruz,
Espanta pusilánimes miradas,
Que crean celo amargo o poca caridad,
Y es una pobre visión desacertada.
Resistir firmes y serenos en la Fe,
Es la premisa crucial para esta hora,
Porque en la sombría noche de la Iglesia,
Empieza a despuntarse ya la aurora.
¡A vencer cristianos con valor!
Que la victoria nos está asegurada.
Toca el clarín llamando a la batalla,
Donde la serpiente infernal será aplastada.
Ven pronto, Señor, te lo pedimos,
Auxilia a tus amigos de la Cruz,
Que siguiendo tu Divina Voluntad,
Y abandonándose a Ti en cuerpo y mente,
Desean la Patria Celestial,
Para vivir contigo eternamente.
Unidos al Cuerpo Místico de Cristo,
En esta noche oscura de la historia,
Donde la luz de Dios no brilla, por las sombras
De las tinieblas en hordas desatadas.
Unidos por la Gracia de la Fe,
Sol que alumbra a las almas desterradas,
Fe que mantendremos íntegra y total,
Igual que nos ha sido revelada.
Unidos en la soledad de la Verdad,
Porque sus fieles están en retirada,
Como si fuera el tiempo de Pasión,
Porque es la Iglesia que está ahora condenada.
Protegidos por la Madre Virginal,
Van los hijos que escuchan su llamada,
Al combate viril, sólo por Dios,
En la batalla final ya desatada.
Para que el Reino de Dios llegue a nosotros,
A las Familias y a las Patrias laicizadas,
Abrazando la Cruz y el sacrificio,
Sólo así serán ellas restauradas.
Porque es lucha contra el mundo y contra sí,
Contra el enemigo infernal que desafía.
Porque es lucha interior y solitaria,
La que tiene que afrontarse cada día.
Es combate en la trinchera de la Fe,
Heroica fortaleza militante,
No ceder, no abandonarla es su estandarte,
Que significa un morir en cada instante.
Alcanzar y mantener la posición,
En esta gesta que tenemos asumida,
No depende del humano proceder,
Será por virtudes celestiales recibidas.
La defensa de la Iglesia, la dura resistencia,
La continua defección y decadencia,
El retiro de Dios y de su Gracia,
Es necesario preguntar, ¿a qué nos lleva?
¿A una rendición fatal y perentoria?
¿A un éxito buscado sin medida?
Incomprensible camino de esta vida,
Por donde Dios nos conduce a la Victoria.
Que no será como yo quiero. ¡No!
Será Pasión que del Calvario brota,
Es que al Triunfo Final que se avecina,
La debilidad lo tiene por derrota.
La Victoria que se alcanza por la Cruz,
Espanta pusilánimes miradas,
Que crean celo amargo o poca caridad,
Y es una pobre visión desacertada.
Resistir firmes y serenos en la Fe,
Es la premisa crucial para esta hora,
Porque en la sombría noche de la Iglesia,
Empieza a despuntarse ya la aurora.
¡A vencer cristianos con valor!
Que la victoria nos está asegurada.
Toca el clarín llamando a la batalla,
Donde la serpiente infernal será aplastada.
Ven pronto, Señor, te lo pedimos,
Auxilia a tus amigos de la Cruz,
Que siguiendo tu Divina Voluntad,
Y abandonándose a Ti en cuerpo y mente,
Desean la Patria Celestial,
Para vivir contigo eternamente.